Javier
Cabo, voz de obrero
Javier,
amigo, acabo de enterarme por este periódico que has presentado
tu dimisión como secretario general de la UGT comarcal. Aunque esperada,
ha sido una noticia que me ha emocionado. Estoy seguro de que no
te ha debido resultar fácil tomar la decisión, por mucho que comprendieras
que era lo mejor, dadas tus circunstancias personales, físicas.
Y no porque estuvieras amarrado al sillón, como lo suelen estar
la mayoría de los políticos y algunos dirigentes sindicales, sino
por tu afán por estar siempre al pie del cañón, o al pie de la obra,
que suena menos belicista y más apropiado en tu caso, por aquello
de las muchas visitas que has hecho a lo largo de los últimos años
a las obras en construcción, para defender los derechos de los trabajadores.
Y es que tu responsabilidad y espíritu de solidaridad te ha llevado
a visitar muchas obras, muchas fábricas, muchos lugares donde se
conculcaban los derechos laborales de los trabajadores, para defenderlos
con esa voz tuya, tan firme y clara, tan obrera. Esa misma voz con
la que has expresado diáfanamente tus convicciones y que algún que
otro disgusto te ha podido ocasionar, por decir siempre las cosas
tal como las piensas. Yo he sido testigo de más de una de esas veces
en que, directa o indirectamente, te han hecho llegar las quejas
e incluso las amenazas de aquellos embaucadores, explotadores o
especuladores a los que señalaste con tu verbo directo y sincero.Aunque
no somos compañeros de sindicato y sé que Óscar va a ser un buen
secretario general, me duele que te hayas visto obligado a dimitir
por ese mismo sentido de la responsabilidad que antes señalaba.
Solo me consuela pensar que ahora tendrás más tiempo para dedicárselo
a tu familia y a tus amigos, entre los cuales, naturalmente, me
incluyo.
Información,
12-02-04
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